Saturnina perdió la vista, y los cuervos cubrieron sus ojos con plumas para impedir que entrara cualquier rayo de luz. Pero los cuervos no saben que Saturnina ve con sus otros sentidos y creen que son superiores a ella. Están muy equivocados, ya que Saturnina aprendió a quererlos y, en vez de odiarlos, comprendió que las lecciones más grandes las da el amor. Sabe que los cuervos no la comprenden, pero sigue queriéndolos como seres vivos que aún no entienden el significado del amor. No es su culpa, y con amor se enseña.
Saturnina canta y alegra el viento, baila y sana su cuerpo. Saturnina sabe de amor.
Detalles de la obra:
Información adicional
Tamaño
14 x 17 pulgadas
Corriente artística
Arte lineal figurativo
Técnica
Pintura acrílica y marcadores permanentes sobre papel libre de ácido.